jueves, 17 de diciembre de 2015

C´S: NI QUITA NI PONE REY, ¿PERO SIRVE A QUÉ SEÑOR?

 (Este artículo, tal y como podrá ver el lector, es anacrónico, ¡antediluviano, si cabe! pues se refiere a las elecciones regionales de mayo. Sin embargo, es posible que la reflexión siga siendo de interés; ¡que me disculpe el lector!)

Ni quito ni pongo rey, solo sirvo a mi señor
Bertrand du Guesclin, en 1369

Esta infausta frase fue pronunciada por Bertrand du Guesclin, mercenario francés, al que su monarca, Carlos V de Valois, se tuvo que quitar de encima: así, húbole "invitado" a partir a la guerra civil castellana que enfrentaba a Pedro I, el mal llamado "El Cruel" con su hermanastro, Enrique de Trastámara, y futuro Enrique II de Castilla. Allá por rudas tierras castellanas, estando en lucha cuerpo a cuerpo ambos hermanos, Du Guesclin habría intervenido para favorecer a su señor, provocando así la muerte de Pedro, pronunciando entonces la célebre (y cínica) frase... hmm, bueno ¿Pero qué tiene que ver esto con C´s? ¿quieren saberlo? ¡pues, adelante, pasen!

C´s antes de la campaña, con sus tropas desplegadas
Atiéndase a que no considero que el 24 de Mayo hubiese batalla alguna; más bien hubo una repartición de tropas y la campaña empezó a continuación, con una batalla por autonomía y con una guerra que ya parece acabada, aunque en el fondo durará hasta las generales. No hace falta incidir en que el PP es quien más mermadas tenía sus tropas ante los contingentes de la izquierda, que resultó al final capaz de entrar conjuntamente en campaña y arrebatar varias autonomías. Sin embargo, en el complejo juego de alianzas posibles, entraba un nuevo actor, el partido C´s (Ciudadanos, de Albert Rivera), cuyo posicionamiento resultaba ambivalente. Ello prometía dar juego, mucho juego. Sobre todo, porque al contrario que Du Guesclin, no sabíamos exactamente quién era su señor.

Una pista parecía ser el afán de C´s de ser un partido anti-corrupción, un agente de adecentamiento de la vida pública, cosa que no viene de más ante la podredumbre generalizada en que la corrupción sume a nuestro país. La durante tantes meses tensa situación en Andalucía, donde tras las elecciones del 22 de marzo la candidata socialista Susana Díaz había fracasado en sus dos intentos de ser investida presidenta de la Junta de Andalucía, puso de manifiesto que la ejemplaridad y la oposición a la corrupción representaban, efectivamente, la columna vertebral de este partido.

El que el PSOE de Díaz no cumpliese satisfactoriamente (a juicio de C´s) las condiciones, que se presumían mínimas, devino en una situación de bloqueo. Ello a todas luces podía ser una anticipación de lo que estaba por venir en tantos otros sitios; véanse: Castilla y León, La Rioja, Murcia y sobre todo, Madrid, las cuatro comunidades donde el PP perdía la mayoría absoluta y donde C´s se convertía en árbitro de facto, teniendo en su mano, ya sea con la abstención o con el voto favorable, el mantener en el poder o defenestrar al partido conservador, o incluso imponer un bloqueo que forzase nuevas elecciones. 

Todo el mundo tiene un precio: ¿cuál fue el de C´s?
En la sección anterior ya hemos introducido dos elementos básicos, que vamos a relacionar, para entender la situación en que se encontraba C´s y cómo gestionó las posibilidades que se le abrían: condiciones mínimas y abstención vs. voto favorable. Ello tiene una importancia vital a la hora de analizar el grado de responsabilidad y de consecuencia en sus postulados, una vez que los ha puesto en práctica votando a favor del PSOE en Andalucía y del PP en Madrid, La Rioja, Murcia y Castilla y León.

1. Primer "Round": Andalucía
La primera tanda en este "juego de tronos", si se me permite la licencia, tanto comercial como nulamente imaginativa, fue la que jugó C´s en Andalucía. A mi juicio, el papel de C´s fue, por lo menos antes de las elecciones autonómicas del 24 de mayo, ambivalente y en último término, oportunista. Esta acusación, se hace sin embargo, con las debidas reservas. Pasemos al análisis:

Es importante destacar que C´s parecía estar ofreciendo la abstención, y no tanto el voto favorable, lo cual condenaba a PSOE a ganarse la abstención igualmente de Podemos (ya ven lo endiablado de la situación). Y nuestra pregunta es: ¿qué es lícito pedir como condición para retirar el no? Ustedes podrán decir, que lo que le entre en gana al que tiene los votos, ¡que para eso se tiene el poder! ¿no? Bueno, pues yo les responderé, que en aras de la responsabilidad, eso no es así. ¿Por qué? Pues porque la abstención lleva implícita un no posicionamiento, una no-alternativa. Si se apoya la alternativa que representa, en este caso, el PSOE, se supone que se ofrecerá el sí a cambio de coincidencias programáticas. Si en cambio se postula uno mismo como alternativa, asumiéndose que no hay coincidencias posibles, es normal que la respuesta sea un no innegociable; póngase por ejemplo, el PP.

Sin embargo, cabe la posibilidad, y eso es lo que C´s parecía estar ofreciendo, que es la abstención, ¿y eso a cambio de qué? Pues de normas básicas, compartidas en principio por todos los partidos, por encima de elementos más estrictamente programáticos y que se acerquen a lo que podríamos definir como bien común. Si uno no busca el acuerdo con el PSOE ni se postula como alternativa, es decir, si decide ni representar al PSOE ni representarse a sí mismo, ha de representar, por defecto, a la nación y solo bloquear la gobernabilidad, si el postulante no es capaz de aceptar principios mínimos, consustanciales, por ende, de ese mismo bien común; a saber, un pacto contra la corrupción, como ofrecía C´s y la petición de que Manuel Chaves y José Antonio Griñán dimitiesen de sus cargos electos por estar imputados, como igualmente exigía el partido naranja.  Esto es algo que cada actor político ha de inculcarse a sí mismo, con el riesgo, claro, de que abuse, pues los límites son algo difusos.

¿Actuó C´s siguiendo el principio que aquí postulo? Pues en términos generales, mi afirmación es que sí. Alguien puede dudar sobre si el principio de que todo imputado dimita de sus cargos es razonable o no. Quien aquí escribe opina que sí, y que es algo que suele venir de sí en otras naciones democráticas europeas (más ejemplares en este sentido). Más discutible es si aun dentro de condiciones de este tipo no se pueda aceptar menos del 100%, es decir, ser algo flexible. Esta pregunta se plantea ante el enroque de C´s porque Chaves no cedía (y parece que tras la imputación formal por parte del Supremo, deberá ceder) su cargo de diputado en el Congreso de los Diputados, justo cuando el pacto anti-corrupción había sido aceptado. Uno, de hecho, tiene la impresión de que al partido de Albert Rivera no le convenía retratarse antes de las elecciones autonómicas y municipales. De hecho, un par de días antes de la investidura frustrada (pues C´s votó no, igual que Podemos, por cierto...y que el PP e IU, claro), el líder naranja en Andalucía, Juan Marín daba por hecha su abstención...

Sin embargo, más grave sería algo que se podía deducir del discurso de Albert Rivera en Barcelona, cuando triunfante, manifestó el cerrojazo ante el incumplimiento del PSOE. Rivera no solo recuperó la exigencia relativa a Chaves, que parece que para Marín no era tan relevante una vez que había acuerdo sobre el pacto anti-corrupción, sino que introdujo elementos programáticos, como por ejemplo, "menos presión fiscal para las clases medias y trabajadoras", algo, según Rivera, "(son) peticiones...irrenunciables". ¿Irrenunciables para el Sí? Se entendería, pero... ¿¿irrenunciables para la abstención?? Resultaría inaceptable por las razones esgrimidas más arriba.

2º Round: Madrid, por poner un sitio
El embrollo andaluz acabó solucionándose (lo dejamos para más adelante), pero la indefinición en lo que a las condiciones para la abstención o para el voto favorable se refiere, parecía mantenerse por parte de C´s, toda vez que era vital para la investidura del PP en La Rioja, Murcia, Castilla y León (aunque ahí le habría bastado con la Unión del Pueblo Leonés) y sobre todo, la joya de la corona, Madrid. Y es que tras las elecciones autonómicas del 24 de Mayo, C´s parecía mantenerse cómodo en la genérica fórmula de "dar nuestro apoyo", sin ir más lejos en la definición.


En el panorama particular de Madrid, la cuestión de hasta donde pensaba llegar C´s no era baladí. Y es que con 48 escaños frente a los 64 de la suma de PSOE y Podemos, al PP no le bastaba una abstención de C´s, sino el voto favorable. Si no, una hipotética investidura de Ángel Gabilondo podría salir en lugar de Cristina Cifuentes.

Aunque nublado en la indefinición, había indicios de que el camino de C´s podía ser consecuente con lo postulado aquí; es decir, la abstención en caso de cumplimiento de un acuerdo mínimo y voto favorable en caso de acuerdo programático. Esto se podía intuir a partir de la distinción en tres ejes que Albert Rivera había realizado: transparencia y regeneración democrática, reactivación económica y políticas sociales. El que se dejase claro que el primer bloque era "conditio sine qua non", daría a entender que su cumplimiento era necesario para no votar NO. ¿Por qué dos bloques más? Bueno, uno se figura que a fin de cuentas es porque el cumplimiento de esos dos bloques aportaría algo más; de hecho, se supone que el máximo posible: el SI. Parece lógico que entre medias, previa aceptación del Compromiso de Regeneración Democrática, se abriría, pues, la puerta a la simple abstención. Sin embargo, resulta necesario realizar un ejercicio de exégesis, combinando la práctica, ambigua en sí, con la deducción de un documento que en sí no distingue explícitamente entre abstención y voto favorable.

Y a todo esto, ¿qué acabó pasando?
C´s se dejó de tonterías en Andalucía y al final lo de Chaves ya no resultaba condición inhabilitante para la abstención...en fin, pasadas las elecciones autonómicas en el resto del territorio nacional, podía uno respirar y ser "más flexible". Además, hubo acuerdo programático en asuntos como por ejemplo, los impuestos (con el PSOE comprometiéndose a bajar el tramo autonómico del IRPF) y fue posible el "Sí". Digamos que C´s jugó irresponsablemente con la flexibilidad cuando le convenía (véase el caso Chaves) y no clarificó hasta el final qué significaba eso tan genérico de "dar su apoyo". Siendo justos, hay que reconocer que al final hubo consecuencia: el Sí se dio tan pronto hubo coincidencias programáticas y no por menos, yendo más allá de lo que se presume, habrían sido las condiciones para la abstención.

En Madrid (al igual que Murcia, La Rioja y Castilla y León) se dio un escenario similar. Ignacio Aguado dio el "Sí" al aceptarse las líneas rojas explicitadas y tras haber acordado un programa común. Al igual que en Andalucía, la sombra de la corrupción estuvo planeando durante días y no podía excluirse la posibilidad de que C´s directamente votase en contra de la candidatura de Cristina Cifuentes, lo cual abría la puerta a negociar la abstención para que el PSOE saliese adelante con el apoyo de Podemos. Se trata del caso Ballarín. Séptimo en la lista del PP para la Comunidad Autónoma de Madrid, estaba imputado desde enero. El caso no parecía que fuese a dar problemas, pues el mismo Ballarín puso su cargo a disposición. Sin embargo, al final no hizo falta; se retiró la denuncia...ejem, me entienden ustedes, ¿no? Digamos que huele el asunto bastante mal. Sin embargo, a fin de cuentas, la condición inhabilitante suprimida (por arte de magia, esta vez) se eliminaba sin que C´s tuviese que contorsionarse. Me permitiréis ser un poco "malo", destacando las pillerías de César Zafra, segundo de C´s en Madrid, embelleciendo quizá un poco más de la cuenta su nutrido currículo...¿no estarán acumulando un ligero exceso de tolerancia? En fin, cierto es que no son cosas comparables, pero bueno...

Conclusión
¿Y para finalizar? Digamos que al final C´s ha sido razonablemente consecuente con lo que se intuía pero ha sido inicialmente irresponsable al escudarse en la fórmula "dar el apoyo" para no distinguir entre abstención y voto favorable. Más arriba he intentado justificar teóricamente (como buen politólogo, a fin de cuentas, lo cual no significa que lo haya hecho bien, claro...) por qué se justifica esa distinción entre abstención para unas cosas y voto favorable para otras, y estaría bien que se tuviese en cuenta tanto para C´s, en caso de que en futuras negociaciones jueguen con la ambigüedad, como para cualquier otro partido.

Ahora que se acerca el Día D del cataclismo electoral, quizá no esté de más cavilar sobre lo aquí escrito. ¡Albert, te vigilamos!

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